Se trata de la tarántula gigante. Aunque existen muchas arañas gigantes, sin embargo la más grande de todas es la gigantesca Theraphosa blondii, la más grande del mundo, también conocida como Mygala. Puede alcanzar 28 ó 30 cm entre los extremos de sus patas extendidas y pesar más de 100 gramos.
Las hembras tardan unos tres años en madurar y pueden vivir hasta 14. Como otros miembros de la familia y de familias próximas tienen el cuerpo peludo, y esos pelos, que son irritantes, actúan como defensa.
Son agresivas y emiten un ruido silbante (estridulación) cuando se aproxima un enemigo potencial. Su veneno, como el de otras tarántulas americanas, es poco potente. Se alimentan de animales diversos, incluidos pequeños vertebrados como lagartos y ratones.
Vive en las selvas de Brasil y Venezuela, donde los yanomami las capturan y se las comen. Más que por hambre, éste es un rito basado en la creencia —muy generalizada en varias etnias— de que al comerla se adquieren las virtudes del animal comido, en este caso su bravura y fortaleza.
A modo de iniciación como cazadores, los jóvenes ponen a prueba su valentía, teniendo que sacar la tarántula venenosa de la cueva para envolverla viva en una hoja de palma, donde la transportan hasta el campamento para comerla, una vez quemados los peligrosos pelitos y asada. Al parecer su sabor no debe ser muy desagradable.
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