El amor puede perjudicar seriamente la salud, ocasionando graves trastornos psicológicos que traen como consecuencia inseguridad, odio y violencia.
En 2002, la terapeuta estadounidense Robin Norwood publicó uno de los libros de autoayuda más vendidos en todo el mundo: “
Las mujeres que aman demasiado”. En él hace un repaso por la problemática de la adicción a amor y brinda una definición contundente sobre éste tema: “
cuando estar enamorado significa sufrir, estamos amando demasiado”.
Puede resultar sencillo, dicho así, pero lo cierto es que miles de hombres y mujeres viven enganchados al amor sin ser realmente conscientes de que se trata de una patología peligrosa que puede ocasionar reacciones de frustración, odio, e incluso violencia. Como en el caso de
otro tipo de adicciones, no resulta sencillo reconocer que existe un problema y utilizar las pautas adecuadas para desengancharse.
¿Cómo sé si soy un adicto?
En 2006, el profesor de Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid,
Carlos Yela, explicó que el amor adictivo se caracteriza por una conducta obsesiva, exigente e irracional, donde los celos y la falta de respeto a la individualidad de la persona le ganan la partida a la tolerancia y a la generosidad que toda relación debe llevar implícita.
Por otro lado, la psicóloga chilena Susana Ifland manifestó en un reciente ciclo de conferencias que los adictos al amor son personas en búsqueda del
enamoramiento, de la sensación que produce endorfina y les otorga bienestar, pero que una vez que se va terminando ese subidón, al igual que ocurre con la dependencia al alcohol o las drogas, se produce el bajón. La persona cree que se equivocó y vuelve a buscar otra dosis.
Se podría decir que cuando la relación de pareja o la búsqueda del amor llevan ligados chantajes emocionales, pensamientos obsesivos, dominantes, irracionales y faltos de una buena base de comprensión y generosidad, podemos estar ante un problema de adicción al amor. Las consecuencias afectarán no sólo a la persona que está enganchada sino también a su pareja.
Causas de la adicción al amor
En un proceso como el amor, donde además de los factores psicológicos entran en juego otros componentes de carácter
químico y sensitivo, resulta bastante complicado acotar las causas que producen el enganche desmedido al amor. Parece ser que hay una serie de rasgos que son comunes en todos los adictos al amor: la baja autoestima, la inmadurez y la carencia de habilidades sociales.
Los problemas de autoestima pueden traducirse en una necesidad desmedida de aprobación de la pareja. Al mismo tiempo la poca confianza en sí mismo puede hacer que el adicto al amor sienta desconfianza y celos, entrando en un bucle de obsesión desmedida por los comportamientos de su pareja para intentar explicar o justificar sus sospechas.
Así mismo, la inmadurez hace al enamorado compulsivo incapaz de encontrar respuestas o mecanismos defensivos ante los retos y desafíos de pareja. Si además no cuenta con las
habilidades sociales adecuadas para relacionarse con normalidad con otras personas, puede ser víctima del aislamiento y centrarse de forma desmedida en su pareja.
La adicción al amor tiene cura
Aunque a muchos pueda parecerle un problema menor, lo cierto es que en la mayoría de los casos el enganche emocional sólo puede curarse con la ayuda de un terapeuta y en un periodo de tiempo que oscila entre 6 meses y un año. La actuación de los especialistas se centra en el reforzamiento de la personalidad y en la destrucción de la
dependencia emocional, sin dejar de lado pautas que ayuden a mejorar las conductas sociales del adicto.
Como con cualquier otro tipo de dependencia, el primer paso es reconocerlo, y sólo de ésta forma se podrá comenzar a atajar un problema que en la actualidad afecta a miles de mujeres y hombres de todo el mundo que se encuentran atrapados en una adicción de la que no siempre es fácil escapar y que condiciona brutalmente su principal derecho: ser feliz.
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